Descripción:

La Humanidad dejó de ser una noción meramente biológica

debiendo ser plenamente reconocida con su inclusión indisociable en la biósfera;

 La Humanidad dejó de ser una noción sin raíces;

ella se enraizó en una «Patria», la Tierra, y la Tierra es una Patria en peligro.

 La Humanidad dejó de ser una noción abstracta:

es una realidad vital ya que desde ahora está amenazada de muerte por primera vez.

La Humanidad ha dejado de ser una noción solamente ideal,

se ha vuelto una comunidad de destino y

sólo la conciencia de esta comunidad la puede conducir a una comunidad de vida;

La Humanidad, de ahora en adelante, es una noción ética:

ella es lo que debe ser realizado por todos y en cada uno.

Edgar Morin

A partir de la reflexión que nos Max-Neef quien plantea una crítica a la forma cómo las propicia Morin en el texto presentado al inicio y bajo la precisión que nos plantea la incorporación del enfoque de desarrollo sustentable, cimentado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre desarrollo humano, la cual se realizó en Estocolmo en 1972, se inicia una serie de investigaciones y movilizaciones en función al cuidado del medio ambiente y la relación del desarrollo económico y el futuro de la humanidad, desde esta perspectiva, surge la propuestas de Manfred ciencias económicas han concebido y abordado el problema de la relación del hombre con el entorno.

Desde allí, se viene planteando un fuerte debate a nivel teórico y político que ha permitido acuñar un nuevo concepto: desarrollo humano, entendiéndolo como una apuesta por un tipo de sujeto, de sociedad, de humanidad y en ello están imbricados asuntos éticos, políticos y estéticos de significativa consideración que empiezan a materializar en el primer informe de desarrollo humano, publicado por las Naciones Unidas en 1990, en el cual se muestra un nuevo concepto de desarrollo Humano centrado en el ser y unos índices para medirlo, con el fin de identificar las condiciones de los sujetos para alcanzar su desarrollo biológico, personal, familiar y social.

Estas reflexiones han dado pie para que los gobiernos de los diferentes países piensen en condiciones y acciones a emprender que permitan materializar el llamado bien-estar de los sujetos de manera que puedan mejorar su calidad de vida, es así como logran materializarse objetivos a partir de la creación de la agenda 2030 que apunten a la minimización de brechas que se presentan como resultado de las desigualdades sociales, en cuanto al acceso a servicios básicos como energía, agua potable, alimentación, acceso a servicios de salud, educación entre otros.

Esta nueva configuración política producto de la fundamentación dada al concepto desarrollo humano, permite el ingreso del concepto de calidad de vida pensada desde aristas que se enmarcan en la responsabilidad que tiene cada sujeto en la conservación del medio y de sí mismo, como una apuesta para alcanzar una vida digna. Desde esta postura, el presente REDA se propone  como una oportunidad para que los futuros profesionales reflexionar frente a los efectos de la globalización  en el medio ambiente, el uso consciente de los recursos naturales en pro del desarrollo sostenible